Dedico éste post para hablar de la Ansiedad. Actualmente muchos clientes vienen a consulta con otros síntomas, relacionados con tensiones corporales que antes no tenían y hablan de la ansiedad y la angustia como algo «normal» en su día a día. Es importante recordar que estar viviendo con ansiedad no puede normalizarse, no puede ser llevadera ni tampoco trivializar sus síntomas: como todos lo sufrimos es normal tenerlo. Está claro que hay diferentes niveles y grados de la ansiedad y para ello es importante consultar a un especialista.
Para que una persona tenga ansiedad previamente han pasado varios eventos que hacen que la persona vaya acumulando una preocupación permanente en su vida. La ansiedad está en el Ser, es decir, hemos pasado del miedo provocado por fenómenos externos a algo interno según LeDoux (1996). En realidad, hablamos de un miedo sin un motivo consciente pero que no nos deja respirar libremente y nuestro sistema nervioso está en activo, en un estado de alerta de un peligro impreciso. Tanto el miedo como la ansiedad tienen una función protectora para nuestro Ser, la de salvar la vida. No obstante, cuando todo se vuelve peligroso entonces no podemos discernir los miedos reales de los que no lo son. Las personas que sufren ansiedad tienen un elevado estado de preocupación, la persona se anticipa a lo que cree que va a pasar mentalmente de forma repetitiva e incontrolable. Muchas de las veces, ese escenario imaginario nunca va a ocurrir. Generalmente, los temas más habituales son la salud y la muerte (de una misma o de familiares queridos); y la economía. Es por ello que la situación que estamos viviendo han aumentado los casos de ansiedad tanto en adultos como en adolescentes y niños. Un estado constante de miedo, de noticias sobre la muerte, de virus letal, de perdidas económicas en determinados sectores… Muchas clientas me comentan que han dejado de ver las noticias porque se ponen enfermas, y !así es! un imput constante de información negativa y de miedo, enferma tu propio organismo.
Desde mi punto de vista, es como poner energía en la mente creando e imaginando situaciones de peligro pero en el «aquí y ahora» eso no está pasando. Por lo que las personas con ansiedad necesitan introducir en su vida pautas de meditación y de atención plena, para educar a su mente a vivir en el presente.
La preocupación se vive de forma intensa y desproporcionada con la realidad. Fisiológicamente observamos un sistema nervios simpático activo de manera permanente, hecho que genera otras dificultades físicas. Podemos percibir un estado de alerta constante, por lo que su sistema límbico estará siempre en alerta y a su vez, generará un exceso de cortisol (o un desequilibrio del mismo) en sangre liberado por la hormona ACTH que afectará al funcionamiento de las glándulas suprarrenales; estas también se activan a través del SNS liberando epinefrina y norepirefrina, son hormonas que nos ayudan a movilizar el cuerpo en caso de peligro; es decir, nos aumenta el ritmo cardíaco, nos aumenta la respiración. y lleva más sangre al músculo para poder encarar la lucha la huida. Si no podemos devolver el organismo a un estado de reposo y relajación, no podremos tener en definitiva al equilibrio homeostático del cuerpo. En general vemos una activación del sistema nervioso simpático pero también es importante puntualizar que hay una regulación negativa del circuito del nervio vago ventral. También se ve afectada su capacidad de relacionarse con tras personas ya que las personas con ansiedad se relacionan a menudo en la lucha y la defensa, por lo que no pueden encontrar la vía de conexión social que les permita estar relajados con otros sin ver peligro. Con esto quiero decir, que la Ansiedad afecta muchas areas de la persona a nivel físico, emocional y social.
En otras palabras, en una sociedad donde se premia el «hacer» y «ser productivos», tenemos que añadir nuestras horas extras dedicadas al ejercicio físico, a leerte el libro que te gusta, a tener vida social, a aprender la meditación para tener 5 minutos más de silencio y parar, continuar criando, cuidando o atendiendo a otras personas y hacer la lista de alimentos saludables para comprar a la otra punta de la ciudad. Todo esto es mucho y se va cargando nuestro sistema nervioso, que requiere unos cuidados especiales, básicos: sueño reparador, alimentación apropiada, hidratación, respiración calmada.
La sintomatología de la personas con ansiedad es somática. Normalmente nos encontramos con los siguientes síntomas:
- tensión muscular en la zona del pecho, parte alta de la espalda y abdominal (diafragma)
- sensación de ahogarse, no respirar bien, no poder inspirar profundo.
- dolor de cabeza
- sensación de debilidad
- fatiga
- irritable
- dificultad de concentración
- alteraciones de sueño
- sensación de inquietud, agitación, impaciencia y nervios.
¿Que podemos hacer diariamente para eliminar la ansiedad?
Para ser conscientes de los hábitos que nos llevan a la ansiedad es necesario una auto-observación de esos hábitos: ya sean mentales o emocionales tenemos que poder llevar a la consciencia nuestros discursos internos. Existen practicas grupales i individuales que acompañan este proceso, así puedes buscar apoyo de expertos. Personalmente, la practica de Hakomi nos ayuda a ser conscientes de nuestros patrones habituales de conducta y de cómo vivimos con ellos.
- Meditación y practica de atención plena para poder traer la mente al momento presente. Una de las practicas meditativas se puede aplicar es la VIPASSANA, recordando a la mente estar presente en todo lo que hace.
- la Respiración y su relación con el cuerpo y el sistema nervioso. durante el día poder ir haciendo respiraciones conscientes, pausados y con diferentes técnicas relajaran tu sistema nervioso, calmaran tus emociones y a la vez, te volverá al momento presente. Me gusta nombrarlo cómo la magia de la respiración, eso que está constantemente conmigo y no me doy cuenta en sus mayoría de veces. «Aquí escribiendo, puedo ser consciente de cómo estoy sentada, como es mi respiración y seguir con la escritura. No buscamos un cambio a una respiración ideal ya que eso conlleva mayor esfuerzo y sentimiento de «hacerlo mal». Buscamos observarnos y eso mismo ns llevará un cambio. Muchas personas vienen con una respiración superficial o una respiración pectoral. Eso hace que nuestro sistema interno esté preparado para el peligro y de manera inconsciente, su respiración acompaña este proceso.
- Uso de plantas medicinales en infusiones que calmen el sistema nervioso. a parte, el consumo de infusiones nos puede dar ese espacio de lentitud y silencio (la meditación del té) y una manera de cuidar nuestro «estar en calma». La lavanda, passiflora, ginseng, la albahaca o la valeriana pueden ser unas buenas aliadas.
- La aplicación de la aromaterapia es un buen acompañamiento a la relajación con plantas como la lavanda, la mandarina, vetiver
- Conectar diariamente con la naturaleza: caminar por el bosque o cerca del mar en forma de paseos nos podemos reconciliar con nosotros mismos y con el entorno. Son espacios que nos ayudan a relajar la mente.
- Baños de sol para aumentar nuestro bienestar.
- Dieta viva con alimentos naturales que ayuden a relajar el organismo.
- Masajes relajantes te ayudaran a conectar con el cuerpo y a relajarte. Masajear la zona del pecho con un aroma suave ayuda a aliviar tensiones en la zona, acariciar el centro energético del corazón y sincronizar la respiración en esa zona.
- Hacer ejercicio moderado y combinarlo con YOGA pueden favorecer un equilibrio al cuerpo. El ejercicio con peso ayuda a trabajar la propiocepción y esto es un calmante del sistema nervioso. es una practica que puede ayudarte a estar más relajado.
- Abrazar, tocar , sentir el amor de personas querida, creando sensaciones de bienestar, calidez y presencia. A la vez, genera más «hormonas del amor» (oxitocina) y puedes sentir mayor sensación de calma.
Cada persona tiene que encontrar su manera natural de volver a un estado equilibrado. Me gusta decir, hacer eso con lo que te sientas bien. Si ponemos más presión para hacer algo y no obtenemos los resultados deseados vamos a conseguir el efecto opuesto. Es por ello que a pesar de la larga lista de cosas por hacer, no a todos nos va bien lo mismo. La vida ya puede ser mucho como para añadir más factores estresantes en la lista. Busca eso que te hace sentir bien, que te aporta alegría y notas que el organismo se equilibra, eso es seguro tu camino. Analizar el origen de la ansiedad, la maneras de expresarse en ti misma y en cómo vives con ella es el primer paso a la sanación.